
La historia que os voy a contar no es una historia de amor cualquiera, es algo así como un encuentro súbito y casual, un flechazo de estos que pasa pocas veces, la mera expresión que asevera la trivalidad de que el amor puede con todo. Este cuento nos concede una excusa más para nombrar a Palomo Spain, pero esta vez, si nos lo permite, le situaremos cauteloso y atento tras las bambalinas de su espectáculo, pues no queremos resultar reiterativos con nuestros ya numerosos elogios. Hoy hablamos de su familia elegida, de sus musas, de aquellos que personifican y cobran vida a sus fantasías, hoy toca hablar de los Palomos.
Los Palomos son estos chicos tan delicados, tiernos, imberbes y exquisitos que solemos ver en Instagram. Estos que acompañan a Alejandro a todas partes, a sus viajes, a sus encuentros, a sus shootings y a sus desfiles. Y también a sus imprevistos, a sus almuerzos, a sus tertulias y a sus delirios. Ellos son la suerte buscada, un despliegue de la ley de la atracción, un ejemplo de que las casualidades no existen. Cuentan que se conocieron por los azarosos y caprichosos caminos de la vida, pero yo creo que fue ella, la vida, la que necesitó dar voz a este conjunto socialmente escondido. Palomo fue el precursor y ellos los elegidos, un ejército de ángeles bendecidos por un contexto en apertura como el que se está forjando hoy en día.

¿Y de dónde han salido estos chicos? Algunos son modelos, otros son aristas, fotógrafos, estilistas y creativos. Son jóvenes y adolecentes con una aura singular y definida, aquella que necesita Alejandro para expresar su coherencia artística tan evidente y figurativa. No tienen caras comunes, ni cuerpos, ni gustos, e incomodan la mayoría; de hecho, durante mucho tiempo, hasta deben haber pasado inadvertidos. Los “raros”, los distintos, los iluminados, los románticos, los narcisos… Así son ellos, los Palomos.

Hedonistas y luxócratas, entienden la vida desde el placer y la libertad de ser uno mismo, por muy tópica (y a la vez, utópica) que pueda resultar esta afirmación. Sumergidos en el juego del espectáculo, hacen de su vida un despliegue sublime de creatividad. Dan voz a una generación que ya no transgrede, ni cuestiona, simplemente actúa. Defienden una realidad que dan por sentada, una verdad donde género y sexo conviven en una libertad sin orilla.

Precursores de un elenco, pertenecen a un grupo y se nota. Palomo siempre lo ha tenido muy claro: Sus modelos sólo podrían ser aquellos que se sintieran cómodos vistiendo su arte, luciendo volantes e identificándose con su trabajo. Y sus amigos se han convertido en ese engranaje perfecto para alcanzar la victoria, una victoria idílica, poética y bucólica.
@Pol.roig, @xopherxopher, @curroverdugo, @filipcustic, @dagsen, @kito.munoz, @peliadri_, @marcos.del.rio, @sansanonasnas y la reina de la colmena, @callmer0sales, entre muchos más. Hoy va por ellos, y por el éxito que con acertada intuición y perspicacia, se están construyendo.


