El mundo de la moda está repleto de figuras carismáticas y vibrantes a las que admirar y de las que aprender, pero pocas hay como André Leon Talley. Durante más de 25 años, Talley estuvo en la front row de la moda internacional como editor de Vogue USA, Interview, el New York Times o W. Fue, sin ir más lejos, el que inspiró al personaje de Nigel en El diablo viste de Prada (que hace un par de días cumplía doce años, por cierto); y uno de los hombres más respetados de la industria de la moda hasta el día de hoy. Él, además de una inminencia y una institución viviente del universo de la moda, es una de aquellas personas rebosantes de carisma y sabiduría (la misma Anna Wintour, sin ir más lejos, siempre lo ha tenido en gran consideración por ésta última). Además, impresiona verle de cerca dado su imponente físico y su profunda voz. El ex director creativo de la edición americana de Vogue –protegido de Diana Vreeland, Andy Warhol y tantos otros– ha sido la estrella invitada de la nueva edición de la 080 Barcelona Fashion Week; y poder compartir el mismo aire con él se ha convertido en una experiencia inigualable.
Además, por primera vez en Europa se proyectó y presentó el documental en homenaje a su figura The Gospel According to André, una especie de memorias en formato audiovisual, dirigidas por Kate Novac, que se concentran en la persona que se esconde detrás el personaje que se sirve del caftán como armadura (aunque, según algunos, apenas roza la superficie). Él fue, durante años, el único hombre negro sentado en la primera fila de los desfiles de alta costura en París; y en los últimos años se ha balanceado entre trabajos como el de editor jefe de la edición rusa de Numéro (donde solo estuvo un año porque, al parecer, no le pagaron el millón de dólares que le había prometido), un gig con la nueva start-up tecnológica de Will.i.am o un programa radiofónico que no tuvo una vida demasiado larga. Actualmente, lo que le preocupa es el dinero: «Estoy arruinado», confesaba a Vanessa Friedman en una pieza excepcional para el New York Times. Desde aquí os descubrimos las cinco lecciones de vida de André Leon Talley que pudimos extraer del filme. Atentos, porque habla un maestro (con todas y cada una de las letras).
Soy la persona que soy gracias a mi abuela.
André Leon Talley y Diana Vreeland en el Costume Institute del MET (1974). © Adam Kuehl/SCAD.
Las raíces son importantes
André Leon Talley creció en Carolina del Norte bajo la sombra de la segregación racial de los años 50 en Estados Unidos. La abuela de Talley fue la encargada de su educación y manutención hasta su partida a Nueva York, y como él mismo reconoce: “Soy la persona que soy gracias a mi abuela”. Ella le enseñó valores basados en la responsabilidad, la religión y la disciplina que ha aplicado a lo largo de toda su carrera y que, en sus propias palabras, tenían mucho en común con aquello en lo que creía Diana Vreeland, con quien tuvo la suerte de realizar sus primeras prácticas en el Costume Institute del MET. La cultura afroamericana y la religión católica, a su tiempo, se convertirían en dos grandes influencias para André; algo que más tarde le sería útil al descubrir que la colección de Yves Saint Laurent en enero de 1978 –desfile al que acudió cuando todavía trabajaba para WWD, y uno de sus favoritos hasta la fecha– guardaba una íntima relación con los looks de sus vecinos, amigos y familiares que sacaban a relucir su sunday best cada domingo en la iglesia. “Es la historia de un hombre negro de Estados Unidos que viene del sur y llega a lo más alto”, defiende el carisma hecho persona sobre el nuevo documental.
André sabía que lugares como The Factory, el estudio de Warhol (donde consiguió su primer trabajo con ayuda de Vreeland y gracias al que acabaría escribiendo en Interview), y el Studio 54, la discoteca pionera de la urbe, eran los place to be para ver y ser visto.
André Leon Talley, Warhol y Bianca Jagger en la cena del cumpleaños de Bianca Jagger (Mortimers, 1981). © Bob Colacello.
El momento y el lugar, todavía más
Durante los años 70 Nueva York era la ciudad donde debías estar si querías triunfar en la moda. La Gran Mazana era un hervidero de diseñadores, modelos y periodistas ansiosos por alcanzar la cima de la montaña, pero no todos jugaron bien sus cartas. André se rodeó –como por instinto natural– de grandes iconos de la moda del momento como Diana Vreeland, Andy Warhol y Anna Wintour (esta última una de sus mayores amigas); y sabía que lugares como The Factory, el estudio de Warhol (donde consiguió su primer trabajo con ayuda de Vreeland y gracias al que acabaría escribiendo en Interview), y el Studio 54, la discoteca pionera de la urbe, eran los place to be para ver y ser visto. Generar a tu alrededor una buena red de contactos puede ser clave para conseguir el éxito profesional y personal.
Claro que tiene que haber modelos transgénero y de tallas grandes. La cultura es evolutiva y la moda no puede ser una excepción.
André Leon Talley junto a Iman. © WWD.
No temas a los cambios
La comunidad afroamericana ha sido rechazada a lo largo de la historia de la moda y personajes como André dijeron basta a esta conducta. Luchó por conseguir que modelos negras –como Naomi Campbell o la viuda de David Bowie, Iman– se subieran a las principales pasarelas y que creadores afroamericanos tuvieran el reconocimiento que merecían. “La lucha no acaba nunca”, defiende el experto a propósito de su contienda. Y añade: “Claro que tiene que haber modelos transgénero y de tallas grandes. La cultura es evolutiva y la moda no puede ser una excepción”. Apuesta por el cambio y vencerás.
Siempre me fijo en los detalles.
André Leon Talley junto a Anna Wintour (Nueva York, 1996). © Evan Agostini/Liaison.
Entrena tu mirada y fíjate en los detalles
Quedarte en la superficie de las cosas nunca te llevará a convertirte en un experto en ningún campo. El mismo André lo defiende: “Siempre me fijo en los detalles”. Y su ojo para la moda es, sencillamente, excepcional. Aunque él mismo sabe que “la moda no se basa en ser un genio”, es importante que estés siempre atento a los pequeños rasgos que suelen pasar desapercibidos, en ellos está la magia de la vida. ¿Y no es eso, precisamente, lo que todos perseguimos? André en persona lo confirmaba durante una entrevista reciente con La Vanguardia: la mejor lección de moda que jamás ha recibido es «tener la mente y los ojos muy abiertos».
Llega un momento en que tienes que mirar atrás y recordar de donde vienes. Sé tú mismo y cree en ti.
André Leon Talley, de joven. © Andy Warhol.
Sé humilde
Ser un joven afroamericano de familia humilde y llegar al altar de la moda es un camino lleno de espinas. André se declara profundamente agradecido a aquellos que le han ofrecido su mano (que, por cierto, han sido muchos): Desde Vreeland hasta Warhol pasando por Karl Lagerlfeld, Marc Jacobs, Oscar de la Renta, Yves Saint Laurent o Azzedine Alaïa. Solo tiene palabras de agradecimiento para figuras como Vreeland: “Ella es un icono para mí”. La humildad también recae en tener presente tus orígenes: “Llega un momento en que tienes que mirar atrás y recordar de donde vienes”. Y en confiar en tus valores: “Sé tú mismo y cree en ti”, defiende el maestro. André Leon Talley conmociona con cada palabra.