Si tienes la suerte de acabar en la cuenta de Instagram de Sophie Parker (@wifenyc) encontrarás preciosas imágenes en donde las plantas son las protagonistas creando originales esculturas, cada una de ellas diferentes entre sí, con colores, formas y patrones únicos que dan como resultado pintorescas figuras con un toque de lo más exótico e inédito.
Y es que para la artista y directora creativa, una hoja es mucho más que eso, para ella se convierte en un lienzo para pintar y crear. Con una larga trayectoria como pintora y escultora, la artista de poco más de treinta años se lanza en 2016 abriendo su estudio en el centro de la ciudad de Nueva York con su taller botánico al que le llamará WifeNYC, de allí el nombre de la cuenta de Instagram. En él, centra su trabajo para pintar y crear preciosas esculturas botánicas a partir de las plantas, controlando hasta el más mínimo detalle para conseguir un efecto óptico extraordinario.
Así, cada planta se convierte en una obra de arte viva y única sin perder sus cualidades naturales, pero que al ser efímeras en el tiempo hacen aún más especial su belleza.


Cortesía Sophie Parker
Su arte y capacidad de transformar una planta en una escultura de lo más espectacular y original posible va más allá de la pintura, según afirma la misma artista, ya que lo más importante para ella a la hora de elegir una planta antes de transformarla es “que tenga una forma geométrica con carácter y que al mirar le hable”. De este modo, asegura tener una conexión con dicha planta para trabajar en ella y convertirla en algo extraordinario. También se ayuda del Ikebana, la práctica oriental de arreglo floral. Un arte muy arraigado en la cultura japonesa que emerge desde el respeto hacia la naturaleza.


Cortesía Sophie Parker
Pero si hablamos de arreglos florales, tenemos que hacer mención a Daniel Ost, “El Van Gogh de la decoración floral” o “El Picasso de los arreglos florales” según lo definen algunos medios. Y es que este belga es capaz de convertir flores en preciosas esculturas que derrochan elegancia combinando el lujo europeo con el minimalismo asiático. Su secreto radica en utilizar una gran variedad de materiales naturales, como raíces, frutas y plantas trepadoras que combinadas entre ellas salen preciosas obras de arte.

Cortesía Getty Images

Cortesía Getty Images
Otro genio de las flores es Azuma Makoto, que a sus 43 años es de las pocas personas que puede decir que haya lanzado ramos de flores a la estratosfera o congelado flores formando gigantes esculturas de hielo. Su arte va más allá de los arreglos florales o el ikebana, ya que según afirma el genio “cada vez que hacía algo parecido al ikebana iba más allá”. Es por esto que quizás no todo el mundo entiende su arte, ya que genera controversias al respecto: “Hay reacciones positivas y negativas, dado que la belleza en mi trabajo surge de quitar la vida a otro ser vivo” explica Makoto y continúa diciendo que “hacer algo que nadie ha intentado antes siempre resulta controvertido; es algo que ya me esperaba”.
Algunos afirman que se trata del Ferran Adrià del arte floral y es que su estudio, que más bien se le puede llamar laboratorio, es donde cultiva sus ideas y experimentos en el que ha dado a luz proyectos como la serie En Floración, un trabajo experimental que busca darle un nuevo sentido a la botánica y arreglos florales en espacios donde, a priori, no puede vivir o desarrollarse.

Cortesía Azuma Makoto

Cortesía Azuma Makoto
Dicen que las plantas son una metáfora de nosotros mismos y que por eso nos atraen tanto. Cada flor y cada planta guardan detrás un significado único, una sensibilidad especial y una belleza diferente que nos cautiva. Seres vivos que se convierten en fuentes de inspiración y que, en ocasiones, de allí salen obras de arte tan únicas como vivas.
En definitiva, tres grandes artistas que nos proponen ir más allá de la propia naturaleza para explorar, junto a ella, el inimaginable mundo artístico que se esconde detrás.