
La apropiación cultural es una práctica recurrente –y poco penalizada– en la industria de la moda. ¿Pero dónde está el límite entre la inspiración y la ofensa?
La apropiación cultural es una práctica recurrente –y poco penalizada– en la industria de la moda. ¿Pero dónde está el límite entre la inspiración y la ofensa?